Un juguete sexual que me cambió la vida

Un juguete sexual que me cambió la vida

El verano en España es húmedo, pero maravilloso. Ni siquiera en primavera los cielos lucen tan azules y las calles tan llenas de vida. Esta es una estación que me gusta mucho, es por eso por lo que, en vez de quedarme en casa, acampando frente a mi aire acondicionado, preferí vestirme con ropa corta y cubrirme de bloqueador solar para salir a disfrutar de esta época tan calurosa.

Estuve caminado entre plazas y avenidas, sorteando la ola de turistas de todas partes del mundo, y finalmente me detuve frente a una tienda discretamente ubicada. Las estanterías estaban llenas de productos sexuales, algunos que nunca había visto en mi vida. Entre con la curiosidad picándome la piel y luego de un largo rato de mirar estanterías libremente, mis ojos terminaron por tropezar con un juguete sexual de lo mas curioso.

Tenía una forma similar a la de un tridente, pero era tan curiosa que simplemente no podía entender bien cómo funcionaba aquel juguete sexual. La dependienta al ver mi confusión se acercó amablemente.

—Ese es un nuevo modelo de la marca Satisfyer, que ha tenido mucha fama en los últimos años.

—No comprendo cómo funciona, sinceramente –dije, riéndome un poco.

–Es un juguete sexual para estimular el clítoris y los labios vaginales, sólo lo apoyas de costado y controlas la intensidad de las vibraciones.

Al mirar mejor la caja del juguete sexual un poco más, termine por llevar a casa el Satisfyer Threesome 4. Y en todo el camino de vuelta a mi apartamento, no dejaba de pensar en la extraña forma del juguete sexual y lo probablemente difícil que resultaría para mí descubrir cuál era su forma correcta de uso.

La tarde dio paso a la noche, momento para el cual me encontraba en casa viendo televisión. Había olvidado el juguete sexual por algunas horas, pero un corto de Jason Momoa de Aquaman, sosteniendo un tridente, me hizo recordar de golpe que mi compra seguía en su caja.

Curiosamente nerviosa y con la anticipación aumentando mi excitación, saqué mi satisfyer y probé los distintos niveles de vibración, eligiendo el más bajo para comenzar a probar. Con el mango del juguete sexual firmemente tomando con los dedos, comencé a pasear los cabezales por mi sexo, buscando ese punto dulce que me llevaría hasta las estrellas.

Lo encontré muy fácilmente, potenciado por la vibración de las puntas del juguete que presionaban mis labios, haciendo que en conjunto la experiencia fuera más intensa aún. Sentí que aquel juguete me tomó de la mano y me arrastró rápidamente a un orgasmo demoledor en un tiempo récord.

Terminé jadeante, temblorosa y un poco confundida mirando el techo de mi habitación con el juguete aun en mi mano.

Muchas personas hablan del amor a primera vista, yo puedo decir que aquel juguete sexual me enamoro esa primera vez que los presioné contra mi coño y le permití hacerme explotar en mil pedazos.