Qué linda te ves con ese plug anal
La mujer número uno trabaja en su ordenador, en el escritorio, con sus gafas y su seriedad puesta. Es un viernes por la noche. Toda la semana ha estado especialmente ausente. «No sabría explicarte qué es lo que estoy haciendo en este momento con el trabajo» dijo varias veces. «Solo puedo decirte que es un marrón gordo que tengo que resolver». Mientras ella sigue con sus ojos pegados a la pantalla, la mujer número dos se encuentra en el baño, mirando un plug anal.
Mientras su novia, la mujer número uno está en lo suyo, ella cumplido con su ritual favorito. Se ha depilado lentamente, sintiendo la hojilla del rastrillo contra su piel (lo que, por lo demás, le encanta). Se ha dado una ducha en el templo menos visitado de su cuerpo. se ha dado un relajante baño, donde se ha exfoliado. Ha esparcido crema por todo su cuerpo, tocándose y encendiéndose en el proceso. Y ahora ve el plug anal, preguntándose si le gustaría más que ella la viera así, como una gatita, o le gustaría más que la mujer número uno le comiera el culo, la follara con su lengua… difícil decisión.
Qué linda te ves con ese plug anal
La mujer número uno apenas si reacciona cuando su novia se acerca a ella. Lleva puesto ese vestido negro tan ajustado que a ella le gusta. Su pelo está un poco mojado, sus rulos son notorios, y el olor es delicioso. Es un olor dulce, propio del perfume que a ella le encanta usar.
La mujer número dos se acerca y le susurra que ya está bien. Aunque protesta, las caricias de su novia, los besos en el cuello y los susurros son muy persuasivos.
Sus dos manos que son como seda se entrelazan.
Sobre la cama, los labios de ambas se juntan. La mujer número uno siente una especie de alivio, de que la sacaran de aquello tan tedioso y molesto, olvidándose de eso, al menos por unos instantes.
Deseo insaciable. La mujer número dos se ha despojado del vestido, y se pone en cuatro patas, mostrándole el culo y la cola que está unida a ella a través de ese juguete que la penetra y que la dilata. Su coño está hecho agua y la mujer número uno, arrastrando las palabras, le dice:
—Qué linda te ves con ese plug anal.
Cómeme hasta que me corra
Mientras la penetra con tres de sus dedos de la mano derecha, ella se masturba con la mano izquierda. Ella está boca arriba, gimiendo y jadeando, chupándose los dedos de su propia mano.
Qué obscena se ve.
La mujer número uno le come las tetas, le come la boca, pero la mujer número dos quiere otra cosa:
—Cómeme el coño hasta que me corra —es lo que le ordena.
La mujer número uno no puede más que obedecer. Y mientras la penetra, lame su clítoris, que está hinchado y que s e siente como un bulto en su boca.
¿Quién se corre primero, la mujer número uno o la mujer número dos?
Eso no importa.
Lo que importa es el olor de ambas, olor a sexo. La sensación que ambas tienen en los dedos, llenos de humedad. La sensación que tienen en sus bocas y pechos. La sensación que tienen en sus entrepiernas. No importa quien se corre primero, porque las dos terminan, gimientes y jadeantes, una sobre la otra. Acostadas en la cama, gustosas por el encuentro sexual.
El fin.
0 Comments 19 octubre, 2022