El cajón de mis secretos – Capitulo 1
La mañana del 6 de diciembre Clara llegó temprano al departamento que compartía con su esposo, Pedro, con quien se había casado en un impulso cuando ambos tenían 24 años. Luego de 6 años seguían juntos aunque no se veían demasiado últimamente, puesto que Clara había aceptado un nuevo puesto como enfermera en el turno de la noche en el Hospital Universitario Virgen de las Nieves en Granada. Apenas entró por la puerta supo que algo estaba mal, el abrigo de una mujer dejado sobre el sofá de la sala confirmó que alguien más se encontraba en el lugar.
― ¡Joder, si! ―Gimió una mujer desde la habitación que Clara y Pedro compartían.
Cuando Clara se acercó más, notó que la puerta estaba entreabierta y a lo lejos el espejo reflejaba la cama donde un par de cuerpos estaban chocando desnudos. Lo primero que sintió fue una punzada de dolor que la dejó sin aliento, sin embargo aquello pasó rápidamente dejando tras de sí un subidón de adrenalina que la excito de sobremanera. Clara no supo en que momento deslizó una mano entre sus piernas y comenzó a moverla, pero cuando menos lo creyó estaba a punto de correrse con la imagen de la pareja follando.
El orgasmo que la alcanzó fue tan fuerte que la dejó mareada y jadeante contra la pared del pasillo, rápidamente se recuperó y fue a la cocina, mientras se preparaba una taza de té escuchaba los sonidos del sexo en la habitación y reflexionaba sobre lo que acababa de suceder. Aquel orgasmo era el primero que tenía en meses y le había enseñado algo fundamental: Era hora de dejar de esperar algo de un hombre que no la respetaba lo suficiente y comenzar a encargarse de sí misma. Por eso no se alteró mientras los escuchaba reír, ni siquiera se alteró cuando la descubrieron en la cocina tomando el té.
―Quiero que te vayas de aquí hoy mismo ―pidió Clara tranquilamente― nuestro matrimonio terminó.
―Qué fácil te deshaces de mí, aunque no debería sorprenderme por eso, siempre fuiste una frígida ―fue lo que dijo Pedro mientras recogía sus cosas y se iba.
Esa tarde Clara lloró hasta deshidratarse y cuando se calmó un poco decidió hacer una compra online a una Sex Shop en Granada dispuesta a comenzar a recuperar el tiempo perdido de manera inmediata. Compró un vibrador a control remoto que lucía elegante y potente, totalmente capaz de darle una docena de orgasmos en un día.
Y con él descubrió los orgasmos en las situaciones más escandalosas; en la cola del supermercado, mientras comía una hamburguesa en McDonalds y en plena misa de domingo. Su sexualidad abriéndose lentamente a las posibilidades le dio la fuerza para continuar con su vida sin mirar atrás ni una sola vez.
Fue así como Clara se propuso a redescubrir su sexualidad y disfrutar del amor propio, comenzando a catar juguetes sexuales y llenando de a poco un cajón con sus más oscuros y deliciosos secretos.
0 Comments 9 enero, 2020