Fantasía de fin de año  

Fantasía de fin de año  

Mi esposa y yo teníamos una fantasía muy recurrente: esta se trataba de recibir el año nuevo encerrados en una habitación de hotel, fornifollando como un par de animales salvajes.

Pero esta fantasía, como muchas otras, adolecía de complicaciones técnicas. Porque el final de Diciembre es una época donde todo es compromisos. Cenas, reuniones, celebraciones. Visitas a los amigos, visitas a la familia. En fin, un infierno, donde tienes que tratar con personas que no son de tu agrado pero que sin embargo saludas de una forma afable.

Solo una vez hemos podido hacer esta fantasía realidad. Aunque en este momento se me complica un poco explicaros todos los detalles técnicos del porque renunciamos a nuestros compromisos y terminamos encerrados en una habitación de hotel. Solo quedaros con que fue casualidad de la vida. Pero ahí estábamos, desnudos, faltando solo minutos para que terminara el año.

Afuera el bullicio era palpable. En el salón del hotel se habían reunido gran cantidad de personas para lo que parecía una fiesta. Se comían sus doce uvas mientras nosotros, desnudos, escuchábamos el rumor de sus conversaciones. No importaba. Ahí dentro teníamos todo lo que necesitábamos.

De un Sex Shop en granada  nos habíamos hecho con algunos implementos para disfrutar más a cabalidad nuestro fin de año. Nada muy elaborado, solo lo suficiente como para poder hacer realidad otras fantasías, aprovechando que íbamos a realizar una.

Mi esposa permanecía inmóvil, mostrándome el culo. Esposas mantenían sujetas sus manos sobre su espalda. No se podía mover. Después de sumergir mi boca en esos dos agujeros y consumirla hasta el cansancio, decidí que era momento de utilizar el segundo implemento con el que nos habíamos hecho, quizás más emocionante que las esposas.

Un dildo doble largo y grueso, ideal para llenarla por completo.

Le puse lubricante y luego, lentamente introduje el dildo en sus dos agujeros, procurando que estos entraran en toda su profundidad. Ella, del otro lado, gemía desesperada, sintiendo como yo entraba en su culo y en su coño sin entrar verdaderamente.

Se abría como una flor, como si pudiera más. Como si quisiera algo más grueso y largo. Así que cuando introduje el dildo en su totalidad, decidí que no me quedaría ahí. Me di la vuelta y me acerqué a donde estaba su boca. Ella no podía moverse mucho por las esposas. Así que la tomé del cabello y guié su boca hacia mi polla, que recibió su humedad con gusto.

Primero me chupó muy lentamente, disfrutando del sabor. Luego pasó la lengua alrededor de todo el aparato, mojándolo, apreciando el tamaño y lo duro que estaba. Por último, tomé su cabello y la atraje hacia mí, para follarme su boca. Follándomela como en otras ocasiones me he follado su coño y su culo. Con todo lo que soy, con toda la energía de la que soy capaz.

Pude haberme corrido en su boca, pero decidí hacerlo de otra manera. Me salí, le quité las esposas y el dildo. Y con un poco más de lubricante, entré en su culo. La tomé de las caderas y comencé a penetrarla con toda la potencia que mi pelvis se permitía hasta que escuchamos, a gritos, que afuera decían: “Feliz año nuevo”. Solo entonces pude correrme en sus entrañas, para que ambos cayéramos exhaustos en la cama, sintiendo que habíamos cumplido con nuestra fantasía.